Donde Habita la Calma

Esta pintura es un “qué tal si”. Si mi papá no se hubiera enfermado, así me lo imagino: de regreso en Puerto Rico, envejeciendo junto a su esposa en una casita del campo, con el aroma del café llenando el aire y la brisa suave entrando por el balcón cada tarde.

Me veo a mí mismo en ese mundo pintado, pasando después del trabajo a visitarlo en su hogar. Es una escena que nunca va a suceder, pero al pintarla le doy un lugar para existir. Entre la luz cálida, los colores vivos y la quietud de la escena, habitan el amor, la nostalgia y la calma que siempre soñé.